
dirección
Entre los sucesos más importantes en la vida, está la educación, que nos permite desarrollarnos y desenvolvernos exitosamente en la sociedad.
El vínculo: profesores – alumno – apoderado, es de vital importancia, es una alianza que compromete un proceso integral en beneficio del niño o niña.
Este vínculo se basa en pilares fundamentales como:
· aprender a aprender, es decir, adquirir instrumentos de la comprensión;
· aprender a hacer para poder influir sobre el propio entorno;
· aprender a vivir juntos para participar y cooperar en actividades humanas;
· aprender a ser, proceso que integra los anteriores.
En Proverbios 6:23 nos dice “Porque el mandamiento es antorcha y la enseñanza luz y camino de vida las reprensiones de la enseñanza”, lo que nos indica que la enseñanza ilumina nuestro camino y nos prepara para reconocer nuestras debilidades y fortalezas, para con la ayuda de Dios llegar a ser personas íntegras, que sean una contribución a la sociedad.
Es necesario mencionar que una educación de éxito es aquella que entrega al niño las herramientas necesarias para desarrollar las habilidades y los talentos únicos que él posee y así lograr alcanzar su máximo potencial. Enseña, valores y principios básicos de vida y fomenta el desarrollo del carácter que es necesario para nunca llegar a transarlos.
Todo esto tiene como resultado que el niño o niña contribuya significativamente al bienestar de su familia y de la comunidad que lo rodea. Tratamos de preparar hombres y mujeres para la universidad y la vida, al proporcionar oportunidades para sobresalir en las áreas vitales de la fe, la virtud y el conocimiento.
Agradecemos a Dios por permitirnos entregar educación a niños y niñas de diferentes generaciones, que han sido ejemplo de vida entre sus pares, hombres y mujeres de bien, con valores y fundamentos sólidos, basados en las Sagradas Escrituras.